Ludmila y los fantasmas

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¡Hola, amigos! Estamos a poco de la noche de Reyes y quise traerles un pequeño presente. Espero que les guste, es para los más chiquitos.

La pequeña Ludmila buscaba fantasmas.

–¿Dónde se escondieron? –preguntó apuntando con su linternita roja detrás de la cortina.

Los fantasmas de la casa no le respondieron. Solo se escuchó el viento que entraba haciendo “ululú”.

–¡Salgan! –insistió ella–. Quiero conocerlos –y tomó la lupa para mirar debajo de la cama.

Los fantasmas se miraron desconcertados, pero no hablaron.

–Cuando yo sea fantasma voy a correrlos y asustarlos a ustedes: buuuu.

Los fantasmas se rieron de su ocurrencia. Y uno iba a responder, pero los otros dos lo callaron con un shhhh.

–Me voy a convertir en el fantasma más espantoso de todo el mundo –dijo ella haciendo gestos y gruñidos horripilantes: grrrrrrr.

Los fantasmas ya no pudieron esconder la risa. Un tintineo de campanitas se escuchó en el cuarto y Ludmila sonrió.

–Aunque floten y vuelen, yo los voy a alcanzar con mis zapatos a resortes: toing, toing.

Los fantasmas se destornillaron de risa y rebotaron de pared a pared, haciendo caer unos cuadros con caras de gatitos.

Ludmila estaba feliz. Ahora estaba segura de que en su cuarto había fantasmas.

–Mamá dice que los fantasmas son malos. Papá dice que no existen.

Entonces los fantasmas se preocuparon. No podían permitir que hablaran mal de ellos.

–Pero yo creo que son buenos. Y por eso les voy a dejar la luz prendida, para que no se choquen con las paredes: pin, pan, pun.

Los fantasmas sonrieron, porque lo que nadie sabe es que los fantasmas nocturnos hacen ruido porque no ven donde caminan.

Ludmila, entonces, dio cuerda a su cajita de música y se acostó a dormir.

Esa noche los fantasmas se acomodaron entre los juguetes. Todos se quedaron dormidos con el tintilín y soñaron sueños lindos en los que nenes y fantasmas se hacían amigos: zzzzzzzzzz.

(C) Meg

3 comentarios sobre “Ludmila y los fantasmas

    David Rubio escribió:
    5 enero, 2024 en 7:43 am

    ¡Hola, Mirna! Dicen que mientras somos niños tenemos la capacidad de percibir una realidad más allá de la mundana, como en este caso. Es un cuento precioso que transmite naturalidad y aceptación del hecho de la muerte. Siempre me ha parecido un tanto extraño ese miedo a los fantasmas. Si alguna vez viera uno, creo que haría como Ludmila: celebrarlo. Esa sería la prueba de que hay algo más al otro lado. Un abrazo!

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      mireugen respondido:
      5 enero, 2024 en 7:38 pm

      ¡Hola, David! Sí, me gusta más que nada desacralizar esas figuras que nos dan miedo. Y creo que la forma de combatirlo es la risa.
      Un abrazo!

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    Nuria De espinosa escribió:
    7 enero, 2024 en 5:08 am

    Hola Ludmila, un cuento evocador que con naturalidad habla sobre los fantasmas, la muerte es extraña, pero acaso hay algo que no sea extraño en nuestra vida. Un abrazo

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